lunes, 16 de julio de 2007

El viernes 13 comenzamos a trabajar para nosotros mismos y no para el estado



El viernes pasado (viernes 13) comenzamos a trabajar para nosotros mismos, según los cálculos de la Asociación de constribuyentes y dejamos de hacerlo para el estado.

En la foto, el presidente de la Asociación Karl Heinz Däke toca el gong, lo que indica el momento en que finalmente trabajamos para nosotros mismos, después de haber entregado un 53,01% al estado. (La foto de la Wirtschaftswoche o Wiwo).

Este año, entre impuestos y cargas sociales, pagamos al estado 53,01% de lo que ganamos con nuestro trabajo.

En otras palabras, conservamos tan sólo 47 centavos de cada euro trabajado.

Sí, el 2007, han aumentado los impuestos (IVA, de 16 a 19%, impuestos a los seguros y sabido es que en Alemania tenemos demasiados seguros, a contratar muchos de ellos, nos obliga la misma legislación). Asimismo, muchos ítems que podíamos descontar, ya no los podemos descontar de los impuestos que pagamos. Y variadas cargas son este año, más altas que los anteriores.

Lo que se aprecia en el siguiente gráfico (gracias Tagesspiegel): ver Impuestos, contribuciones y cargas que pagamos al estado

Jahr es año; hacia abajo siguen, lógicamente, los años en que se ha calculado los dos aspectos que siguen:

Soziallastquote es la cuota del lastre social que nos corresponde pagar a los contribuyentes (sí, todos, también los extranjeros, que carecen, sin embargo, de derechos políticos);

Einkommensbelastungsquote es el % de mis entradas brutas que tengo que estregar al estado, por concepto de los dos ítems anteriores.

El 2007, según los cálculos de la Asociación, trabajamos ocho días más que el año anterior. Y tenemos dos centavos menos que el 2006.

Sí, es cierto que el estado hace algo por mí y me entrega prestaciones -dicen los alemanes- como ningún otro estado del mundo lo hace. Así es, Alemania debe ser el único estado en el mundo capaz de ser campeón mundial de las exportaciones y mantener, durante el gobierno de Schröder, a cinco millones de desempleados, circunstancia que soprendía tanto a los norteamericanos, en su momento.

La pregunta es: ¿quiero o necesito todas estas prestaciones que el estado alemán, en demasía, me obliga a aceptar o me gustaría renunciar a algunas?

Personalmente, tengo una lista bien larga de prestaciones a las que me gustaría renunciar voluntaria y felizmente, tales como la televisión estatal o las piscinas públicas, además de las obligaciones derivadas de la legislación de los deshollinadores y aquella otra legislación que rige los cementerios... Sólo por citar las primeras que se me ocurren.

¿No contribuirá, esta misma circunstancia a fomentar la no-necesidad de trabajar? Por ponerlo de una manera elegante.

Algunos dicen -un profesor de economía que defiendo el sistema lo mencionaba hace un par de días- que muchos reciben del estado más de lo que dan.

Claro, es que ahí está precisamente el problema. Que muchos "exigen" mucho más del estado de lo que dan.

El estado alemán se ha convertido en un supermercado, donde vamos a "tomar" todo lo que podamos y mientras más, mejor.

Por otra parte, Däke habla de un "monstruo habriento".

Existe la mentalidad de intentar "sacar" todo lo que se pueda y más de lo que se pueda, si total, pagamos tanto que hay que recuperar lo que a una le han quitado.

(Y ver si después me refiero a lo que sostiene el profesor de Derecho Constitucional en Speyer, Hans Herbert von Arnim).

9 comentarios:

Ángel dijo...

Hola Marta, ¿no hay un error entre la fecha del encabezamiento y la del comiendo del artículo?

Marta Salazar dijo...

gracias Ángel, por supuesto, el 13, gracias!!!

Nicolás Patrici (BRIDGES-LAC) dijo...

Marta,

Esta vez encuentro algo complejo el planteo que hacés por varias razones, aunque comparto tu enojo -no crea que los impuestos en Holanda son más bajos, y lo peor, yo no tengo ningún beneficio-.
Una razón central por la que yo moderaría un poco la cosa es la necesidad del Estado de "Corregir" en primera instancia la desigualdad y achicar la brecha.
La picina pública en too much, indeed. Pero ....
Es cierto, también, que el modelo alemán de bienestar tiene muchos muchos problemas. Sin embargo, si miramos el modelo escandinavo vemos que los beneficios son mayores y "los impuestos" no distan tanto de los alemanes (a veces son más). El problema es la estructura que ejecuta y como ejecuta ese modelo. Ese me parece que es el problema en Alemania.
Luego, habría que preguntarse por el concepto de elección que vos citás. Es largo, e interviene el concepto de responsabilidad personal, algo sobre lo que el Estado no puede opinar. Creo que los Estados de Bienestar Europeos son, a veces, poco eficientes, pero que la idea de fondo es correcta.
Siempre alguien recibe más de lo que da, y alguien da más de lo que recibe. Eso es intentar generar condiciones igualitarias de partida.
Pongamos el caso de un colegio. Yo puedo mandar a mi hijo a que aprenda inglés a USA, o UK o a cualquier lado. Puedo enviarlo a la mejor Universidad.
Pero resulta que X no puede.
Hay aquí una desigualdad que no responde a las características personales de mi hijo y del hijo de X. Sino a un factor que es externo.
El estado debe generar que mi hijo y que X tengan las mismas posibilidades de aprender, en este caso, inglés. Yo, seguramente, doy más de lo que recibo, pero esto sólo en apariencia.
Dado que el hijo de X aprenderá inglés y se formará (es idiota el ejemplo, i know) de la misma manera que mi hijo, la probabilidad de que X jr. genere luego riqueza es más grande. Elemento que impactará en la economía de mi hijo y de sus hijos.
Los EB suelen pensar racionalmente y planificar de esa manera (Gosta Esping Anderson es un clásico en ésto.
Pero es un debate largo y tendría que pensarlo un poco más.
Por lo pronto saludarte y decirte que comparto muchas veces tu enojo.
Abrazo
N

Marta Salazar dijo...

Gracias Nicolás!

Sí, estoy de acuerdo contigo.

Aunque a "mi modelo" no le llamaría estado de bienestar, sino que economía social de mercado.

La igualdad de oportunidades es lo que, evidentemente tiene que propiciar el estado... y la sociedad civil, pienso yo.

No el pasar la aplanadora y que todos sean iguales.

Entre otras cosas, porque no lo serán. Ni siquiera al momento de pagar los impuestos.

Es más, los que tienen más recursos, se las arreglarán para pagar los menos impuestos que les sea posible, recurso al que no accede la gente común y corriente. Pero este es otro tema.

Un abrazo estimado Nicolás y gracias x tu comentario!

Alea Iacta Est dijo...

Efectivamente estimada Marta. Dijiste en pocas palabras lo que yo no pude decir.

Pasar la aplanadora es una tarea imposible y ademas poco, muy poco deseable.

Economia social de mercado. Un concepto interesante que, a partir de ahora, adaptare.

El tema, evidentemente, da para mucho. Ojala podamas seguir conversando sobre este y otros temas.

Abrazo
N.P

Alea Iacta Est dijo...

Efectivamente estimada Marta. Dijiste en pocas palabras lo que yo no pude decir.

Pasar la aplanadora es una tarea imposible y ademas poco, muy poco deseable.

Economia social de mercado. Un concepto interesante que, a partir de ahora, adaptare.

El tema, evidentemente, da para mucho. Ojala podamas seguir conversando sobre este y otros temas.

Abrazo
N.P

Marta Salazar dijo...

un abrazo a ti querido Nicolás y... sigamos pensando en voz alta...

Un abrazo fuerte!

Anónimo dijo...

marta ese tema es una "caja de pandora" en argentina en los 90, sin tener ni por asomo un sistema de "welfare state" como el de ustedes en europa, se llevó a cabo una política de disminución del gasto social, el resultado está hoy a la vista, especialmente en las grandes urbes del país como buenos aires: marginalidad, inseguridad, asique tengan cuidado!!!

Marta Salazar dijo...

pero no se puede comparar: aquí en Alemania, de economía social del estado, se ha pasado a un estado omnipresente y todopoderoso que conduce a que gran parte de la población no quiere / no puede / no aprendió nunca a hacer nada por sí mismos, sino que lo espera todo del estado.

Esto no es algo que se me ocurra a mí, sino que hay estudios al respecto. Por ej., estadísticamente, los hijos de personas que viven de la ayuda social, serán probablemente, también receptores de esta ayuda. Esto sería parte de su herencia...

La idea sueca del estado benefactor se ha resumido en la frase "de la cuna hasta el féretro", todo planeado y controlado.

De alguna manera, me parece que esto es propio de sociedades en que el estado reemplazó al rey (esto es también lo que piensan muchos historiadores). Sobre todo si la monarquía era autoritaria (o, con mayor razón, absolutista).

Claro que los suecos han ido retirándonse poco a poco de ese modelo...

Se trata de países ricos e industrializados, del llamado primer mundo. Lamentablemente, en los 90 Argentina, no estaba en esa posición.

Tal vez, Argentina podría haber alcanzado el desarrollo si hubiera evolucionado económicamente de otra forma, porque, por ser un país tan rico (recursos naturales y gente), podría ser un país muy rico y desarrollado económicamente pero no lo es.

Maricio Rojas, del think tank sueco Timbro ha analizado, tanto el caso sueco, como el argentino.

Sus artículos están en inglés, en alemán, en sueco y creo que en Argentina, le han editado algo en Nadal (liberal). Tal vez sería interesante leerlo.

Un abrazo fuerte!